
Parece muy difícil y en verdad amerita mucho esfuerzo, tiempo, constancia y sobre todo paciencia. Va desde lograr una convivencia armónica en el edificio donde vivimos, extendiendo hasta la urbanización, parroquia y por supuesto la ciudad.
Considero que lo primero que debemos implementar es reconocer que todos merecemos lo mejor de todos y que todos debemos dar lo mejor a todos… Practicando en los otros lo que queremos para nosotros mismos lograremos mas del ochenta por ciento (80%) de los resultados positivos que necesitamos para mejorar la calidad de vida familiar y comunitaria.
Seguidamente, debemos conocer qué queremos, hacia donde vamos, cuál es la meta que esperamos alcanzar y lograr encuentros de conciudadanos con proyectos similares para unir fuerzas; lo cual permitirá que el éxito sea compartido y por ende la satisfacción mayor.
Finalmente, y no menos importante es comunicar nuestras ideas, aun cuando puedan crear en algunos opiniones discordantes. Busquemos dialogar para llegar al consenso
No podemos seguir aislados. No debemos ignorar a las personas. No debemos continuar desinteresados por el bien comun.
LC
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