Es inquietante ver como los valores eticos y morales de las personas se
diluyen en igual medida que se resta importancia a la estructura familiar. Si
bien es cierto que el incremento de la dependencia a lo economico y material
atenta con el buen desarrollo familiar, se debe tener presente que los hijos
nos miran y aprenden de lo que hacemos, es decir, educamos sobre todo con el
ejemplo.
Estudios han demostrado que mas del 75% de todo lo que decimos se transmite
por gestos, silencios y actitudes. Somos responsables de apoyar a los hijos a
incorporar una escala de valores que le permita ser una persona integra, que
pueda dar y recibir amor, respeto y solidaridad.
Los valores se forman con nuestra personalidad, esto es que se aprenden, se
educa y se internalizan en el individuo si existe identificacion y congruencia
de los modelos que sirven de ejemplo.
LC
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