Siempre hay algo
por lo cual estar gozoso, si mantienes tus ojos y tu corazón bien abiertos, de
manera que puedas disfrutar de todas las pequeñas alegrías a tu alrededor. Éstas crecen rápidamente hasta
que todo se transforma en regocijo y tu corazón siente que estallará de pura
alegría. Encontrarás que es contagiosa. Cuando irradias alegría, la traes a la
vida de los demás y la esparces como un regalo.
Cuando dejas tu
hogar cantando de alegría y felicidad, llevas el espíritu de Dios a todos los
que están en contacto contigo, ya sea que estén en la calle, en los negocios o
sentados a tu lado. Tú puedes elevar a los demás al reino de la alegría o
arrastrarlos al pozo de la depresión y la desesperación.
Depende de ti.
¿Qué importa
cómo está el tiempo? Vence todos los obstáculos, resístete a ver lo oscuro y lo
triste. Ve sólo la luz; mira con optimismo, no importa cuán oscuro pueda ser el
problema. Eleva tus ojos hacia el cielo, con optimismo.
Fuente“Dios
me habló” Eileen Caddy.
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