La mayoría de las veces la persona expresa la solicitud del deseo de manera equivocada y consolida la situación desdichada en la que se
encuentra. Por ejemplo, si desea mucho dinero, es completamente erróneo
formular la orden “Yo quiero ser rico”,
lo que se obtiene de esta forma es ratificar la condición de “querer algo y no tenerlo”, de este modo
reforzamos nuestra carencia. Se debe reemplazar la condición de “querer algo”, por “ser algo”. Por eso la formulación
adecuada para el ejemplo anterior sería: “Yo soy rico”, o “Estoy
preparado para la riqueza en mi vida”. “Yo
soy rico y feliz”.
La
Fuente Divina o Universo, no conoce ninguna diferencia entre presente y futuro. Entrega
aquello que pensamos y sentimos. Siempre se desea en presente, nunca en futuro. “Quiero ser feliz”, nos trae por
desgracia justamente eso: el “querer”. Por ejemplo: al desear “Yo no quiero estar enfermo”, para el Universo
significa “Quiero Estar Enfermo”. El universo anula la palabra “no” y en consecuencia entiende que el deseo es “querer algo”. Por el contrario “Yo soy feliz” trae la situación que realmente
deseamos.
Las
palabras juegan un papel muy importante
en el desarrollo de nuestras vidas.
Piensa
en la imaginación como una impresora “3D”. Todo lo que puedas sentir
profundamente o imaginar claramente queda impreso en el subconsciente y se
manifiesta con todos los detalles. Se genera una energía increíblemente fuerte que
atrae verdaderamente el suceso esperado. Se debe generar la emoción de cómo nos
sentimos cuando tenemos el deseo materializado, el placer, la tranquilidad, la alegría;
todo lo que haga entender al subconsciente cual es el verdadero objeto de deseo.
Si
todo este tiempo has estado manifestando tus deseos en futuro, o con palabras
negativas, pues ahora inténtalo de esta manera, hazlo en presente, apoyándote en la imaginación, siente, vibra y te llevarás una muy grata sorpresa, porque la Inteligencia Infinita, Dios, siempre está
lista para realizar los deseos –pequeños o grandes- de los seres humanos.
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