Existe un
suministro infinito de abundancia disponible para todos. Para experimentarla,
debemos vivir en la libertad perfecta de la Esencia Divina. Reconociéndola como
nuestra fuente de origen de suministros, atraemos hacia nosotros todo lo que es
necesario y requerido para cumplir con nuestro propósito de vida.
Si tienes
carencia en este momento, aleja tu atención de esa apariencia y colócala sobre
la Presencia Divina en ti, única fuente de prosperidad que existe.
Si te
mantienes firme y con determinación en esto, está garantizado que tu realidad
reflejará una imagen positivamente diferente. Cuando nos mantenemos unidos con la
Presencia “YO SOY”, todo se magnetiza en un flujo espontáneo hacia nosotros, en
sincronización y en la medida perfecta. No se requiere ningún esfuerzo agotador.
Tan pronto como observamos que la necesidad surge, simplemente sabemos con
total certeza que ya está siendo satisfecha.
La clave es mantener una visión
clara y no interrumpir la manifestación con ningún tipo de duda. “Fe es la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve. –Hebreos 11.1”
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