Generalmente
pensamos que la felicidad viene de fuera, del objeto de la experiencia en la
cual hemos sentido placer. Las cosas
exteriores de la vida pueden hacernos más felices durante cierto tiempo pero
esta felicidad puede esfumarse ya que el brillo de cualquier cosa tiende a desaparecer. La felicidad es un estado interior. Somos nosotros los que damos
color a cualquier realidad que percibimos. Animando el fluir de la felicidad
desde dentro de nosotros comenzamos a experimentar la Fuente interior de
Alegría y Gozo que está siempre a nuestra disposición.
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