La energía en sí misma no tiene propiedades ni
masa, es necesario para hacer cambios y diferencias en esta dimensión, la energía tiene que vibrar.
Los seres humanos somos energía. Los pensamientos y
las acciones crean vibraciones, representadas en el campo de la
energía espiritual. Simplemente con tu existencia, creas energía espiritual.
Además, la forma en que hagas esa existencia definirá la creación de las
vibraciones espirituales.
Al sentir emociones como ira, miedo, ansiedad u
odio, crearás energía espiritual con poca frecuencia. Tales vibraciones bajas y
de determinada potencia o intensidad te
pesarán y también nublarán tu mente, esta es la razón de la dificultad para
sacudir el mal humor. Sin embargo, al sentir emociones como el amor, la
simpatía, el entusiasmo u optimismo, vas a crear energía espiritual que tiene alta frecuencia con su
respectiva potencia o intensidad que te
genera una energía que te hará sentir más vigoroso y liviano.
Una de las cosas más importantes sobre las
frecuencias y energías espirituales es que las frecuencias más altas siempre
deben eclipsar a las más bajas.
Elevas energías de alta frecuencia cuando
expresas amor, actúas con amabilidad, ser caritativo y humilde te dará la
capacidad de devolver toda la energía de alta frecuencia. De hecho, esta es la
ley kármica. Sin embargo, deberás ser muy consciente de las bajas energías.
Pasar un tiempo con otros significa compartir
energías. Con frecuencia, esto es bueno porque las personas razonables pueden
elevar las frecuencias vibratorias entre sí. Sin embargo hay personas que siempre están rodeadas
de frecuencias más bajas porque actúan con malicia y egoísmo. Pasar poco tiempo
con ellos o evitarlas es lo más
recomendable.
Para asegurarse de que está libre de
frecuencias tan bajas, debe practicar la meditación, llevar lo negativo y,
mientras respira, eliminar todo.
Conceptos básicos:
Frecuencia: Número de veces que aparece, sucede
o se realiza una cosa durante un lapso o espacio determinado.
Potencia: Intensidad, poder o fuera para
producir un efecto determinado.
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