Jesús
develó el misterio de la muerte “Yo Soy
la Resurrección y la Vida”.
El
Maestro nos enseñó que “mientras el exterior se va destruyendo, nuestro
ser interior se renueva día a día y nos prepara por la eternidad una riqueza de
gloria tan grande que no se puede comparar.” 2 Corintios 4.16
Reconozcamos
su palabra cuando nos dijo que dentro de cada uno está el Reino de Dios, que a pesar de la desaparición del
cuerpo físico, la esencia divina permanece porque es vida eterna.
La
verdadera vida y el amor son uno. Dios es Vida. Dios es Amor.
La
vida y el amor son una cualidad del Ser. Nuestra existencia es un continuo
devenir, un constante desarrollo de la cualidad del Ser, de la Esencia Vital
que nos da aliento de vida al hacernos conscientes de la Chispa Divina dentro
de nosotros.
Debemos entender que la vida no depende solamente del cuerpo físico. Cuando
aceptamos nuestra unicidad con el Padre Yo Soy, comprenderemos que somos
seres espirituales ilimitados, herederos de la Vida Eterna.
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