CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO. GOZO

 


Cuando encendemos la llama de la vela de adviento por gozo,  traemos a nuestro presente la verdad espiritual de estas fechas. El nacimiento de un niño que cambiará la vida de todos.

Permitamos ver en los ojos de los niños la luz del amor original. Nos deleitamos de su inocencia, de sus ojos  de asombro o esperanza, de su sonrisa e incluso de sus lágrimas … ver su gozo y facilidad de perdón.

Permitamos aprender de ello, que nuestro niño interior despierte nuestra naturaleza en Jesús y es así cuando el Mesías nace verdaderamente.

Podemos prolongar durante todo el año, toda nuestra vida las emociones de la Navidad.  La Fe, la Esperanza, la Paz y el Amor suceden todo el tiempo, cada minuto. Disfrutemos diariamente de la alegría y el gozo que el Espíritu Santo derrama sobre todos en cada lugar del mundo.

“Porque un niño ha nacido. ¡Un niño nos ha sido concedido!. Isaias 9:6

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